Es el dolor o molestia causado por el desgaste de la superficie del diente o por retracción del tejido gingival. La causa más habitual es la exposición de las raíces ante la retracción de las encías. Como las raíces no están cubiertas con esmalte, los canales que van al centro del nervio dental quedan expuestos, causando dolor con el calor, el frío o presión. Es importante que se lo mencione a su dentista, pues generalmente puede tratarse con éxito. Éste le prescribirá un gel o enjugue con flúor. Use pasta de dientes especial para dientes sensibles y cepille sus dientes correctamente para evitar desgastarlos y hacerlos más sensibles. Evite una presión excesiva en el cepillado.

MICRÓFONOS INTEGRADOS EN LOS DIENTES.
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